domingo, 14 de abril de 2024

Una nueva era: el Antropoceno

    Dentro de la periodización de las eras geológicas de la Tierra es bastante conocida la referencia al último periodo, aquel que se extiende desde el final de la última glaciación –aproximadamente hace 10.000-12.000 años– hasta nuestros días, como Holoceno. Menos conocido, el concepto Antropoceno, no concilia la opinión unánime de los/las investigadores/as, existiendo quien niega su existencia, otros que establecen su fecha de inicio en momentos diferentes y aún otros que no llegan a un acuerdo sobre que datos deben ser tenidos en cuenta para considerar que hayamos entrado en esta nueva era.

    A pesar de la controversia, y de su relativa novedad, cada vez más se escucha y afianza el uso de Antropoceno, término acuñado por Crutzen y Stoermer para referirse al tiempo geológico actual. Un momento en que muchas condiciones y procesos de la Tierra se ven afectados por la actividad humana, la cual se ha intensificado en los últimos tiempos debido a la enorme expansión –más de 8.000 millones de personas en la actualidad– que ha protagonizado debido a los avances tecnológicos y científicos. 

 

                                                        Infografía:  SGK-PLANET


    El siglo XXI ha traído una sensación de cambios globales y una creciente conciencia sobre el cambio climático producido por el ser humano, la pérdida de biodiversidad, el desarrollo de biotecnologías, los avances en el transhumanismo y la disrupción –todavía con consecuencias inimaginables– de la inteligencia artificial [1]. Así, el concepto Antropoceno, inicialmente surgido en el campo de las ciencias terrestres también ha llegado a tener significados socioculturales y políticos. 

    La actividad humana está agotando en pocas generaciones los combustibles fósiles, emitiendo grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera, aumentando la tierra cultivable, disminuyendo la extensión de los bosques, exceso de uso de fertilizantes de nitrógeno que lleva a la eutrofización de las aguas superficiales y parte de las subterráneas, la producción de gases que afectan a la capa de ozono, reducción de la biodiversidad, en definitiva, una acción que afecta tanto en la geología y ecología que hacen apropiado emplear este nuevo término [2].

    En cuanto a la periodización hay diferentes propuestas. Una primera sitúa en la última parte del siglo XVIII con el comienzo de la Revolución Industrial y la invención de la máquina de vapor por James Watt, cuando el análisis del aire atrapado en el hielo polar muestra el inicio de crecientes concentraciones globales de dióxido de carbón y metano [3]. Otras fechas propuestas para el inicio del Antropoceno son 1610 y 1964. En el primer caso cumple los requisitos establecidos por la Comisión Internacional de Estratigrafía al ser el momento en el que se inicia la era colonial europea y la expansión global del comercio y la agricultura. También cumple los requisitos el año 1964, cuando se produce el pico de las pruebas de armas nucleares atmosféricas y la dispersión global de materiales radioactivos. Las principales desventajas de estas fechas son, en el caso de 1610, que no existe marcador geológico claro en el registro geológico y en el de 1964 no coincide con cambios significativos en la biosfera de la Tierra [4]. También, el estudio de los datos desde 1750 muestra un aceleramiento en la impronta de la acción humana sobre el planeta a partir de 1950. Una actividad más allá del cambio climático que incluye las esferas socioeconómicas y biofísica del Sistema Terrestre, lo que ha llegado a plantear 1950 como la fecha de inicio [5]. 

 


                                     La Gran Aceleración. Fuente: Steffen et al., 2004


    Dentro de las críticas que ha recibido el término Antropoceno están el refuerzo de una visión antropocéntrica del mundo que coloca a los seres humanos en el centro de la historia de la Tierra minimizando la relevancia de otras formas de vida y el cuestionamiento de algunos geólogos sobre si representa un cambio realmente significativo a nivel geológico. La cuestión básica es si los impactos de las actividades humanas son lo suficientemente profundos en la estructura y funcionamiento de la Tierra. 

    En contraposición a la idea del Antropoceno propuesta por Crutzen, Jason W. Moore introduce el concepto de Capitaloceno. Moore critica el enfoque que atribuye la crisis ambiental únicamente al impacto humano generalizado, sin hacer distinciones en el grado de las responsabilidades. También cuestiona la idea de que la crisis se originó exclusivamente con la revolución industrial, argumentando que comenzó con el surgimiento del capitalismo moderno en el siglo XV. Según Moore, la crisis ambiental es producto del modo de producción capitalista y los sectores de la sociedad que más se han beneficiado con este sistema económico [6].  

    Existen multitud de datos que indican que la acción de los seres humanos ha influido –y sigue haciéndolo– en la conformación y el funcionamiento de los Sistemas Terrestres, el problema es cómo se valora a escala geológica. El debate sobre la fecha de inicio no deja de incidir en lo certero o no de su uso, así como las teorías contrarias o complementarias. Los efectos en el planeta no se pueden poner en duda, quizás es más complicado aseverar el alcance a nivel geológico proyectado a futuro. No obstante, y con todas las precauciones, es un concepto útil para entender y reflejar la actualidad de la humanidad en su relación con la Tierra. 

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[1]  Tamm, Marek i Simon, Z.B. (2020). “More than human History. Philosophy of History and time of the Anthropocene”. En Kuukkanen, J-M (ed.). Philosophy of History. Twenty first Century Perspectives. Londres: Bloomsburg (pp. 198-215).

[2] Crutzen, P.J. (2006). The “anthropocene”. In Earth system science in the anthropocene (pp. 13-18). Berlin, Heidelberg: Springer Berlin Heidelberg.

[3] Crutzen, P.J. (2002). Geology of mankind, Nature, vol. 415, p. 23.

[4] Lewis, S.L. & Maslin, M.A. (2015). Defining the Anthropocene. Nature, 519(7542), pp. 171-180.

[5] Steffen, W., Broadgate, W., Deutsch, L., Gaffney, O., Ludwing, C. (2015). The trajectory of the Anthropocen” the great acceleration. The Anthropocene Review, 2(1), pp. 81-98.

[6] Estenssoro, F. (2021). ¿Quién está destruyendo la vida en el planeta? La confrontación de los conceptos Antropoceno y Capitaloceno en el debate ambiental. Universum (Talca), 36(2), pp. 661-681. https://dx.doi.org/10.4067/s0718-23762021000200661

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